17 sept 2012

Stevie Wonder - El chico de los hits


¿Quién no conoce a Stevie Wonder? Un talentoso músico, de sonrisa permanente, que cuenta con una impresionante carrera a sus espaldas (y que aún sigue en activo), convirtiéndose en referencia para muchos.

Con 5 años ya tocaba la armónica y el piano. El fundador de la Motown lo fichó a principios de los sesenta cuando tenía tan solo 11 años, un chaval con el ritmo fluyendo por las venas y una fabulosa voz. Fue rebautizado artísticamente como Little Stevie Wonder (maravilloso, sí), y poco después pasó a llamarse simplemente Stevie Wonder.

Con un sonido que fusiona estilos diversos, como soul, funk o R&B, comenzó interpretando canciones de otros autores hasta que en los setenta empezó a grabar composiciones propias. También comenzó en esa época a tocar prácticamente todos los instrumentos que aparecían en sus discos: voz, piano y teclado, sintetizadores (bastante inusuales en la época), armónica o batería, encargándose también de la composición, arreglos y la producción musical. Comenzaba una nueva etapa para Stevie Wonder, donde no paraba de crecer en un constante flujo creativo.

Tiene más de 20 discos a sus espaldas, la gran mayoría grabados en los sesenta y los setenta, cuando aún no había cumplido los 30 años de edad. Coleccionista de premios, entre ellos nada más y nada menos que 25 Grammys, de los cuales 14 los ganó en un período de sólo 4 años (dejemos al margen lo que pueda representar un premio Grammy; cuántos artistas de primera ni siquiera han optado a ello... pero no hay que dejar de reconocerlo, en este caso sí hablamos de un músico con mayúsculas).
Una clara muestra de su talento son discos como "For once in my life" (1968, con el que, podríamos decir, da comienzo esa segunda etapa musical más personal y con más identidad), "Music of my mind" (1972)"Innervisions" (1973) o "Fulfillingness' first finale" (algo así como "Primer final de la plenitud", de 1974).
Y el doble-triple disco (dos LP con un EP) "Songs in the key of life" de 1976, muy esperado por el público y sobre todo por su discográfica, la Motown, que había firmado con él un contrato de 13 millones de dólares (la mayor cantidad pagada hasta el momento). La espera valió la pena, ya que es uno de los discos con más éxito de los setenta).

Numerosos temazos, entre los que cabe destacar Superstition, Higher Ground, Master Blaster (Jammin')Living for the City, I Wish, Signed Sealed Delivered I'm Yours, Isn't She Lovely, For Once in My Life, Pastime Paradise, You Are the Sunshine of My Life, Uptight, You've Got it Bad Girl, I Just Called to Say I Love You I Was Made to Love Her, entre muchos otros.
Os dejo con el exitazo Superstition, en un genial vídeo del mítico programa Soul Train, donde podemos ver el poder de su música para mover al público (¡eso sí que es bailar!) y con Master blaster (Jammin'), jugando con el reggae como homenaje a Marley.




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